—Hola Carlitos, ¿cómo estás? —preguntó Victoria cuando se encontró con su amigo a la salida del trabajo.
—Aquí estoy —contestó Carlos sin mirar a la cara a Victoria, no porque fuera antipático, sino porque estaba de mal humor y sabía que las últimas conversaciones con Vicky habían sido las mismas. Hacía semanas venía dándole vueltas a varios asuntos, pero no podía salir del agujero de la indecisión.
—Uyyy, por tu postura veo que sigues atascado en tus proyectos.
—Así es. Tengo varias ideas, pero no puedo empezar. Cada vez que me pongo a hacer algo, me meto en otro tema, y al final, cuando me digo "lo voy a hacer", ya el cansancio me consumió, es tarde en la noche y me rindo. Tengo demasiadas cosas y no sé cómo priorizarlas.
—El 80% de los efectos provienen del 20% de las causas —respondió Victoria, muy firme. —¿Y eso qué tiene que ver? —preguntó Carlos, frunciendo el ceño y con cara de desconcierto.
—Visto de otra forma: un conjunto pequeño de factores o causas son responsables de la mayor parte de los resultados o efectos —y sin darle tiempo ni siquiera a gesticular, enseguida preguntó —: ¿Te suena la regla del 80/20 de Vilfredo Pareto?
Un número reducido de elementos “vital few” es el que genera la mayor parte de los resultados positivos o negativos, mientras que el resto tiene un impacto menor.
Carlos inclinó la cabeza como cuando quieres entender algo. Y Vicky continuó:
Pareto formuló esta regla de forma empírica al analizar la distribución de la riqueza en Italia a finales del siglo XIX y, después, en otros países. Su idea suele asociarse con la anécdota de los guisantes (arvejas) en su jardín —según la cual el 20% de las vainas habría producido el 80% de las semillas—, pero esa historia es probablemente ilustrativa y no el origen real.
Carlos ahora se notaba más abierto a escuchar las palabras de Vicky, que le daban la ilusión de poder encontrar la fórmula mágica para resolver sus problemas.
—Cuéntame más —se dispuso Carlos.
Victoria se sentó a su lado y continuó con su explicación.
La lógica del ejemplo es ordenar las vainas de mayor a menor según el número de semillas y calcular el porcentaje acumulado hasta ver que una minoría explica la mayor parte del total.
A modo de ejemplo, tomaba la primera vaina y contaba seis guisantes; la segunda, otros cinco; la tercera, solamente dos; la cuarta, otra vez dos, y así sucesivamente las iba ordenando: primero la vaina que más arvejas le daba y luego la siguiente con menos cantidad, y así hasta el final. Así vio que más del 80% del total de guisantes provenía de un 20% de las vainas.
—Como te decía, esta historia es famosa, pero no sé si será verdad. Pero sirve para hacer analogías con muchas cosas que queremos resolver. Imaginate que demoraras un minuto en pelar una vaina y la que tomas tiene seis guisantes, pero luego tomas tres más y cada una tiene dos guisantes. Para la primera habrías gastado un minuto y para las otras tres, el triple del tiempo. Entonces, imagina que tuvieras media hora para pelar vainas y te pagaran por el total de guisantes. ¿Qué sería más productivo, tomar las de seis guisantes o las de dos?
—Obviamente la de seis —dijo Carlos, casi como un niño que expresa en la escuela que está entendiendo y quiere demostrarlo a la maestra.
—Exactamente —dijo Vicky—. De eso se trata: de enfocarte en aquellas cosas que más valor te dan.
—¿Y cómo puedo hacer eso?
—Bueno, aquí tendrías que investigar un poco más. Pero me imagino que podrías valorar cada actividad de esas que haces, puntuarlas de alguna forma según cómo te llevan al resultado que quieres tener, y tratar de anotar durante el día qué es lo que haces y cuánto tiempo le dedicas. Al final podrías hacer una gráfica de Pareto luego de una semana, quizás, y ver cuáles de esas actividades generan el 80% del total del puntaje. Seguramente verás que son muy pocas, y en todo caso, podrías priorizarlas, buscar el momento que tienes más capacidad para atenderlas y dedicarle ese tiempo.
Carlos asintió con la cabeza. Él ya estaba imaginando cuáles eran las actividades más importantes y estaba ideando el plan de cómo poder registrarlas, así que sonrió y le dijo a Vicky:
—Venga, un abrazo. Creo que me has hecho conocer una gran herramienta. Siempre escuché hablar de ella, pero nunca le había prestado atención a cómo podía aplicarla.
Vicky se sonrojó porque se vio sorprendida por ese abrazo, pero inmediatamente se propuso a ayudarlo si necesitaba hacer la gráfica.
Reflexión: Lo que parece magia, muchas veces es algo simple expresado de otra forma
Este principio de Pareto tiene muchos usos en la Inteligencia Artificial Generativa, uno de ellos es llamado Top-p Sampling. Cuando un modelo de lenguaje predice la siguiente palabra, genera una distribución de probabilidad sobre todo el vocabulario. Esto hace que, con un mínimo de tokens, devuelva un resultado más que probable y coherente.
En definitiva, lo que nos parece magia de ChatGPT, Gemini, Claude o cualquier otro, no es más que probabilidad matemática basada en mucha información. En el caso particular de ChatGPT se le agrega una pizca de un condimento especial: “complacerte”, hacerte sentir bien. Entonces es bueno distinguir que lo que te devuelve ChatGPT no es magia, es algo que con un poco de conocimiento y dedicación tú también podrías haber resuelto.
No dejes de leer, de buscar información, de entender por ti mismo aquellas cosas que parecen difíciles. Y aunque uses ChatGPT, Gemini, etc., busca información que ratifique eso o incluso intercambia datos con dichas herramientas para que tú decidas y formes tu propia opinión.
Usa la Inteligencia Artificial con conciencia y responsabilidad.
Una semana después, Vicky encontró nuevamente a Carlos, esta vez con una amplia sonrisa. Ni bien la vio llegar, le dijo: —¿Recuerdas lo que hablamos?
—¡Claro que sí! —dijo Vicky—. ¿Necesitas ayuda con la gráfica?
—No, muchas gracias, ya la resolví —le contestó Carlos mientras abría su mochila para buscar sus anotaciones. Tomó una hoja de dentro de un cuaderno y le mostró la gráfica de Pareto. Con una sonrisa amplia le dijo—: Aquí lo he encontrado. Estas son las cosas que más valor me aportan, y de verdad que estoy muy de acuerdo. Esto es en lo que debo enfocarme.
Vicky tomó la hoja, observó los puntos y le dijo: —Es perfecto. Creo que sí debes enfocarte en estos temas. Te felicito, creo que lo has logrado.
Carlos, muy contento, le dice: —Venga, te invito a tomar un helado. ¡Nos lo merecemos! —dijo con una mirada cómplice.
Vicky, volviéndose a sonrojar, lo repitió: —Nos lo merecemos.
Y partieron hacia la heladería. Y mientras caminaban, Carlos le decía: —Tendríamos que hacer un Pareto para elegir el sabor del helado.
—Jajajaja —se rió Victoria.
Esta ha sido mi decimocuarta newsletter.
Lo históricamente verificable es que Pareto observó estas relaciones en datos socioeconómicos, como la propiedad de la tierra: él estudió cómo una minoría de terratenientes concentraba una proporción muy elevada de las hectáreas totales, encontrando patrones de fuerte desigualdad consistentes con su principio. Más adelante, quienes quisieron forzar el quiebre de esa regla e igualar las condiciones no tuvieron mucho éxito... pero ese es otro tema.
Lo que quería expresar es que el principio de Pareto, que lo debes haber escuchado muchas veces como el "80/20", si lo entiendes y lo aplicas a cosas que quizás te parecen difíciles de responder, es un ejercicio interesante. No necesariamente tienes que soltarlo todo a ChatGPT para que te lo resuelva, porque quizás la forma en que te responde, como un amigo, te hace sentir que tiene la solución a todo. Pero hay cosas que debes hacer el esfuerzo y resolverlas tú. Aunque no sepas hacer una gráfica de Pareto, a veces es suficiente con parar la máquina, sentarse, reflexionar, entendernos y decidir.
Un dato curioso e interesante, cuando conocí a la abuela de mi esposa que quizás estaba cerca de los 90 años, ella estaba muy feliz pelando unas vainas de guisantes, pero faltaban muchos años para yo que me interesara por la historia de Pareto, pero los puntos al final siempre se conectan.
Muchas gracias por llegar hasta aquí.
En DELFA llevamos muchos años trabajando con ambas caras de la Inteligencia Artificial. Por eso, cuando creamos ROMA360, lo hicimos con una premisa clara: cada línea de código debe estar pensada desde una perspectiva ética, responsable e inclusiva.
ROMA360 conecta sistemas, personas y procesos para ayudar a empresas que saben que pueden gestionar mejor, sin dejar de lado el valor humano.
Si quieres ver cómo funciona en la práctica, te invito a agendar una reunión personalizada. Si esta newsletter te ha gustado, compártela con alguien a quien pueda inspirar o servirle.
Nos vemos la próxima semana.
¡Chau! Fabricio De los Santos
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